Byung-Chul Han

 

Filosofía
 del budismo Zen

Traducción de

Raúl Gabás

 

Herder

Título original: Philosophie des Zen-Buddhismus

Traducción: Raúl Gabás

Revisión: Raquel Bouso

Diseño de la cubierta: Ana Yael Zareceansky

 

© 2002, Philipp Reclam jun. GmbH & Co. KG, Stuttgart

© 2015, Herder Editorial S.L., Barcelona

1ª edición digital, 2015

 

Depósito Legal:  B-16076-2015

ISBN:  978-84-254-3381-8

Producción digital: DigitalBooks

 

Herder

www.herdereditorial.com

Índice

Portada

Créditos

Prólogo

Religión sin Dios

Vacío

Nadie

No habitar en ninguna parte

Muerte

Amabilidad

Notas

Más información

Prólogo

 

El budismo Zen es una forma del budismo Mahâyâna, originaria de China, con una orientación meditativa.[1] La peculiaridad del budismo Zen ha dado origen a aquella estrofa atribuida a Bodhidharma,[2] su fundador, inmerso en leyendas:

 

Una tradición especial fuera de los escritos, independiente de la palabra y de los signos escritos; mostrar inmediatamente el corazón del hombre, mirar la propia naturaleza y llegar a ser Buda.[3]

 

Este escepticismo respecto del lenguaje y la desconfianza, tan característico del budismo Zen, frente al pensamiento conceptual, acarrea una escasez de palabras y un carácter enigmático. El decir brilla mediante el no decir. Se emplean también formas no usuales de comunicación. Ante la pregunta «¿qué es...?», los maestros zen reaccionan no pocas veces con golpes de bastón.[4] Donde son impotentes las palabras, se usan también fuertes gritos.

A pesar de una actitud fundamentalmente adversa a la teoría y a la discusión, el ensayo de una «filosofía del budismo Zen» no tiene que enredarse necesariamente en la paradoja de una épica del haiku, pues es posible reflexionar de modo filosófico también sobre un objeto que no implica ninguna filosofía en sentido estricto. Podemos dar vueltas lingüísticas en torno al silencio, sin sumergirlo inmediatamente en el lenguaje. La «filosofía del budismo Zen» se alimenta de un «filosofar sobre» y «con» el budismo Zen. Tiene que desarrollar conceptualmente la fuerza filosófica que le es inherente. Sin embargo, esta empresa no carece de problemas. Las experiencias del ser o de la conciencia, en relación con las cuales trabaja la praxis budista, no pueden encerrarse por entero en un lenguaje conceptual. Pero la «filosofía del budismo Zen» intenta superar esta indigencia lingüística recurriendo a ciertas estrategias de sentido y de lenguaje.

El presente estudio se desarrolla mediante comparaciones. La filosofía de Platón, Leibniz, Fichte, Hegel, Schopenhauer, Nietzsche y Heidegger, entre otros, es confrontada con los puntos de vista filosóficos del budismo Zen. Empleamos aquí la comparación como un método que saca a la luz el sentido.

En determinados segmentos del texto se entretejen con frecuencia haikus. Pero nuestra intención no ha sido hacer intuitivos contenidos abstractos con un haiku, o dar una interpretación filosófica a este. Ambas dimensiones se comportan entre sí como vecinas. Los haikus citados[5] llevarán al lector a aquel temple de ánimo en el que se encuentra el respectivo segmento del texto. Hay que considerarlos, pues, como bellos marcos que hablan quedamente en la imagen.