Miyamoto Musashi
El Libro
de los
Cinco Anillos
(El Arte de la Guerra del Samurai)
五
輪
書
Título: El Libro de los Cinco Anillos (El Arte de la Guerra del Samurai)
Autor: Miyamoto Musashi
Título Original: 五輪書 (Go Rin no Sho)
Editorial: AMA Ediciones
© De esta edición: 2020 AMA Ediciones
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
PREFACIO
PRIMERA PARTE: EL MANUSCRITO DE LA TIERRA
1. La ciencia de las artes marciales
2. Sobre la ciencia de las artes marciales
3. La comparación entre la ciencia de las artes marciales y la carpintería
4. La ciencia de las artes marciales
5. Sobre la composición de este libro en cinco manuscritos
6. Sobre la denominación de esta escuela individual, «Escuela de los dos sables»
7. Sobre el conocimiento de los principios de las palabras «Artes marciales»
8. Sobre el conocimiento de las ventajas de las armas en las artes marciales
9. Sobre el ritmo de las artes marciales
SEGUNDA PARTE: EL MANUSCRITO DEL AGUA
Prólogo
1. La actitud del espíritu en las artes marciales
2. Actitud física en las artes marciales
3. El enfoque de los ojos en las artes marciales
4. Cómo empuñar el sable largo
5. Sobre el movimiento de los pies
6. Cinco maneras de ponerse en guardia
7. La vía del sable largo
8. Procedimientos de las cinco técnicas convencionales
9. Sobre la enseñanza de tener una posición sin tenerla
10. Golpear al adversario en un solo compás
11. El ritmo de la segunda primavera
12. Golpear sin pensamiento ni forma
13. El golpe del curso del agua
14. El golpe al azar
15. El golpe centella
16. El golpe de las hojas carmesí
17. El cuerpo en lugar del sable
18. Golpear y alcanzar
19. El cuerpo del mono de brazos cortos
20. El cuerpo pegado
21. Competir en estatura
22. Adherirse
23. El ataque con el cuerpo
24. Tres clases de parada
25. Apuñalar la cara
26. Apuñalar el corazón
27. El grito
28. La parada con golpe
29. Una posición contra muchos adversarios
30. La ventaja en el duelo
31. El golpe único
32. El estado de penetración directa
Epílogo
TERCERA PARTE: EL MANUSCRITO DEL FUEGO
Prólogo
1. La posición física
2. Tres maneras de tomar la iniciativa
3. «Sujetar la almohada»
4. Atravesar un brazo de mar
5. Conocer el estado de las cosas
6. Detener un sable
7. Conocer la desintegración
8. Convertirse en el adversario
9. Abandonar las cuatro manos
10. Mover las sombras
11. Detener las sombras
12. Contagio
13. La perturbación
14. La amenaza
15. Engancharse con fuerza
16. Atacar los costados
17. Aturdir
18. Los tres gritos
19. Mezclarse
20. Aplastar
21. El cambio de la montaña y el mar
22. La desmoralización
23. Renovarse
24. Pequeño y grande
25. El general conoce a sus soldados
26. Soltar la empuñadura
27. Ser como un muro de piedra
28. Epílogo
CUARTA PARTE: EL MANUSCRITO DEL VIENTO
Prólogo
1. El manejo de los sables muy largos en las demás escuelas
2. Los golpes poderosos de sable en las demás escuelas
3. La utilización de los sables más cortos en las demás escuelas
4. Numerosos golpes de sable en las demás escuelas
5. Las posiciones del sable en las demás escuelas
6. El enfoque de los ojos en las demás escuelas
7. La posición y movimiento de los pies en otras escuelas
8. La utilización de la velocidad en otras escuelas
9. Lo esotérico y lo exotérico en las demás escuelas
Epílogo
QUINTA PARTE: EL MANUSCRITO DEL VACÍO
Shinmen Musashi No Kami Fujiwara No Genshin, más conocido como Miyamoto Musashi, nació en 1584, en la población de Miyamoto, en la provincia de Mimasaka.
En 1643 se retiró para llevar una vida de ermitaño en la cueva de Reigendo, lugar donde escribió El libro de los Cinco Anillos, el cual dedicó a su pupilo Teruo Magonojo. Terminó de escribir el libro unas semanas antes de su muerte, el 19 de mayo de 1645.
En medio de estos dos extremos su vida estuvo plagada de duelos en los cuales siempre resultó victorioso. Se guarda registro de una lucha en la cual derrotó y mató a un guerrero adulto, teniendo tan sólo trece años de edad. Su oponente era Arima Kigei, un experto samurai de la escuela de artes marciales Shinto.
Se sabe que enfrentó a conocidos samurais así como que peleó en las filas del ejército Ashikaga. En el curso de su vida no dudó en enfrentarse al poderoso clan de los Yoshiokas a los que derrotó de manera impecable.
Musashi siempre tuvo la tendencia a mantenerse aparte de la sociedad, dedicándose exclusivamente a la búsqueda de la iluminación a través del Camino de la Espada, como él solía llamar a su método «dos espadas, una escuela». Dedicado a perfeccionar sus habilidades, vivió de una forma bastante precaria, vagabundeando por el país y durmiendo a la intemperie en lo más frío del invierno, sin preocuparse de su aspecto físico, ni de tomar esposa, ni dedicarse a ninguna profesión, aparte de su propio estudio.
Los años y sus hazañas le valieron transformarse en una verdadera leyenda viviente. Los investigadores han encontrado registros de sus proezas en canciones populares y relatos, desde Tokyo hasta Kyushu.
Una de las enseñanzas y características de su vida en los combates fue la de ir a cada pelea según la situación del momento, sin formas predeterminadas, tal y como años después escribiría en El libro de los Cinco Anillos.
El Libro de los Cinco Anillos es uno de los textos más importantes sobre la lucha y la estrategia surgido de la cultura guerrera japonesa. Escrito originalmente no sólo para los hombres de armas, pretende explícitamente simbolizar procesos de lucha y de maestría en todos los campos en intereses de la vida.
El Libro de los Cinco Anillos fue escrito en 1643 por Miyamoto Musashi, duelista invicto, samurai sin señor y maestro independiente. Musashi fue un hombre de armas profesional nacido en una larga tradición de cultura marcial que al final llegó a dominar la totalidad de la política y de la sociedad japonesas. Sus intuiciones son relevantes, no sólo para los miembros de la casta militar gobernante, sino también para los dirigentes de otras profesiones, así como para las personas en búsqueda de la maestría individual en cualquier camino de la vida que escojan.
Puede verse el surgimiento y el fortalecimiento de la clase samurai en Japón en dos términos utilizados para referirse a sus miembros: samurai y bushi. La palabra samurai procede del verbo japonés saburau, que significa «servir como ayudante». La palabra bushi es una palabra chinojaponesa que significa «pequeña aristocracia armada». La palabra samurai fue utilizada por otras clases sociales, mientras que los guerreros se llamaban a sí mismos mediante el término más digno bushi.
El Japón de la Era Tokugawa fue dividido en más de doscientas baronías, que fueron clasificadas según su relación con el clan Tokugawa. Los barones eran controlados por ciertos métodos, que incluían la regulación del matrimonio y de las herencias, el intercambio de territorios y un elaborado sistema de rehenes. Las baronías fueron obligadas a minimizar sus contingentes de guerreros, lo cual produjo que un gran número de samurais quedasen sin empleo, y fueron conocidos como ronin, u hombres errantes.
Muchos de los samurais privados de sus derechos se hicieron maestros de escuela, médicos o sacerdotes. Algunos más continuaron practicando las tradiciones marciales y enseñándolas a otros. Algunos más se convirtieron en bandidos y criminales, hasta llegar a ser posteriormente uno de los problemas sociales más graves de la última parte del periodo Tokugawa. Algunas características de El Libro de los Cinco Anillos provienen del hecho de que Miyamoto Musashi fue un samurai sin señor y siguió una carrera como duelista y como maestro independiente de artes marciales.
Titulado con más propiedad El Libro de las Cinco Esferas, la obra de Miyamoto Musashi está dedicada a la guerra como una empresa puramente pragmática. Musashi censura la teatralidad vacía y la comercialización de las artes marciales, centrando la atención en la psicología y los movimientos físicos del asalto letal y de la victoria decisiva como esencia de la guerra. Su enfoque científicamente agresivo y absolutamente rudo de la ciencia militar, aunque no es universal entre los practicantes de artes marciales japonesas, representa una caracterización altamente concentrada de un tipo particular de guerreros samurais.
Aunque alrededor de sus espectaculares hazañas se formó una gran leyenda, poco se sabe con certeza de la vida de Miyamoto Musashi. Lo que él cuenta de sí mismo en El Libro de los Cinco Anillos constituye la principal fuente de información histórica. Mató a un hombre por primera vez a los trece años, y por última vez cuando tenía veintinueve. En algún momento abandonó aparentemente la utilización del «verdadero sable», pero continuó infligiendo heridas mortales a sus adversarios hasta el final de su carrera guerrera.
Musashi pasó las tres últimas décadas de su vida perfeccionando y enseñando su ciencia militar. Se dice que nunca se peinó, tomó un baño, se casó, construyó una casa, ni crió ningún hijo. Aunque también se instruyó en las artes marciales, como recomienda hacer a todo el mundo, el mismo Musashi siguió básicamente un camino ascético de guerrero hasta el final.
Nacido en la lucha, educado en el combate mortal, testigo en definitiva de una transición hacia una política de tiempos de paz en una escala sin precedentes en la historia de su nación, Miyamoto Musashi abandonó una vida ordinaria para ejemplificar y transmitir los elementos esenciales de las antiguas tradiciones marciales y estratégicas.
El primero de estos principios básicos es mantenerse internamente tranquilo y claro, incluso en medio del caos violento; el segundo es no olvidar la posibilidad del desorden en tiempos de orden. Como guerrero de dos mundos muy diferentes, un mundo de guerra y un mundo de paz, Musashi se vio obligado a practicar ambos aspectos fundamentales de la vida del guerrero de una forma intensa, añadiendo a su trabajo una decisión y una velocidad que difícilmente pueden ser superadas.
Desde que los samurais tomaron el poder en Japón, siglos antes de que Musashi naciera, los budistas habían estado intentando civilizar y educar a los guerreros. Esto no significa que la casta samurai en general lograra ser imbuida de la iluminación budista, o ni tan siquiera del espíritu budista. Una de las principales razones de esto fue que los budistas habían estado ocupados, no sólo intentado civilizar a los samurais, sino también intentando clarificarse y solventar sus propias contradicciones. El budismo estaba muy ocupado en las tareas de enterrar a los muertos, acoger y educar a los muchos niños huérfanos producidos por la guerra, la pobreza, o que eran abandonados por ser hijos ilegítimos, y en dar refugio a las viudas abandonadas o que sufrían abusos.
En consecuencia, en la relación entre el zen y los samurais, el maestro no se dejaba llevar por el nivel del estudiante. Si, como ha sido sugerido por algunos apologistas, las artes marciales han de ser consideradas como la forma más elevada de estudio en Japón, los maestros zen habrían sido los estudiantes de los guerreros, y no al revés.
El dominio prolongado del Japón por la casta guerrera fue una anomalía en los asuntos humanos, como queda reflejado por su discordancia con los ideales nativos japoneses y en general con las ideas sociopolíticas de Extremo Oriente. Por la forma en que se estableció el gobierno militar por medio de la fuerza, éste quedó destinado a adecuar los ideales sociales y filosóficos tradicionales que decía profesar.
Centrando sus pensamientos en el manejo de la espada, en cómo vencer y en la espiritualidad, el legendario espadachín Miyamoto Musashi esbozó esta obra singular para ser usada como guía por sus más cercanos discípulos, así como para las futuras generaciones de samurais, y ciertamente su trabajo se convirtió en una obra maestra que llegó a ser ávidamente consultada durante siglos después de su muerte.
Junto con El arte de la guerra, de Sun Tzu, El libro de los cinco anillos ha sido considerado un tratado inigualable como estrategia para vencer. Los planteamientos de Musashi para derrotar al adversario, derribar al oponente, confundirlo y otras técnicas para sobreponerse ante un agresor fueron dirigidas a los lectores de aquellos tiempos, y en particular a quienes actuaban en el campo de batalla. Sin duda, se puede afirmar que sus aportaciones son intemporales y que en la actualidad sirven a los lectores en la propia batalla de la vida.
La ciencia de las artes marciales llamada Escuela Personal de los Dos Cielos es algo que he estado perfeccionando muchos años. Ahora, deseando revelarla en un libro por primera vez, he ascendido al Monte Iwato, en la provincia de Higo, provincia de Kyushu. Inclinándose ante el cielo, venerando a Kanon, me sitúo frente a Buda. Soy , guerrero nacido en la provincia de , de sesenta años de edad.