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Prólogo

No se puede pasar un solo día en nuestro planeta sin ejercer un impacto sobre el medio ambiente. Lo que cada individuo hace, marca una diferencia, y está en nuestra mano decidir qué tipo de diferencia queremos marcar. Esta reflexión de Jane Goodall invita a pensar sobre las consecuencias, negativas o positivas, que puede tener la actividad empresarial para el entorno.

Sin duda alguna, la Organización Internacional de Normalización (ISO) marcó la diferencia en el año 1996 cuando publicó la norma ISO 14001. Desde entonces, este documento ha constituido un modelo de referencia a nivel internacional para las organizaciones que pretenden gestionar de una manera sistemática sus aspectos ambientales desde el compromiso del cumplimiento de la legislación, de la prevención de la contaminación y de la mejora continua de su comportamiento ambiental. En España, a través de la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR)1, se publica la norma en español como Norma UNE-EN ISO 14001. El Comité Técnico ISO/TC 207 Gestión ambiental, ha sometido a la norma a un proceso de revisión en dos ocasiones. En consonancia con uno de los lemas de esta organización, “las normas internacionales hacen que las cosas funcionen”, la revisión de las normas se hace necesaria porque las circunstancias y el contexto de sus usuarios van cambiando a lo largo del tiempo, y porque las organizaciones que utilizan y adoptan estas normas son generadoras de cambio.

Como resultado del primer proceso de revisión de la ISO 14001, se publicó una segunda versión del documento en el año 2004. A pesar de que no supuso un cambio significativo en el contenido del documento, se introdujeron algunas novedades que trataban de dar respuesta a un gran número de organizaciones que ya tenían implantadas otras normas ISO, en concreto, la ISO 9001 de sistemas de gestión de la calidad, de manera que se potenció su alineamiento facilitando la integración de ambos sistemas gestión. Además, se dio relevancia a la necesidad de asegurar el cumplimento legal y se reforzó la implicación de proveedores y contratistas en la gestión ambiental de la organización.

El segundo proceso de revisión, que se inició en el año 2012, ha dado como resultado esta tercera versión de la ISO 14001, publicada en septiembre de 2015. En este proyecto participaron 121 expertos de 88 países, entre los que AENOR tuvo el honor y el privilegio de formar parte, como organismo español de normalización.

¿Cuáles han sido los principios o fundamentos que han servido como punto de partida para revisar por segunda vez la norma? En primer lugar, y como ocurre en todos los procesos de revisión de este tipo de documentos ISO, la experiencia acumulada por todos los agentes que participan en la elaboración, implantación y certificación de la Norma ISO 14001: organizaciones, consultores, expertos técnicos, entidades de certificación, y usuarios de los servicios y productos fabricados por empresas que tienen implantado y certificado un sistema de gestión ambiental.

Además, hay otros dos documentos de ISO que han sido determinantes en esta revisión: el documento Retos futuros de los sistemas de gestión ambiental y de la ISO 14001 y la incorporación de la estructura de alto nivel (High Level Structure, HLS).

El informe Retos futuros de los sistemas de gestión ambiental y de la ISO 14001 fue elaborado por el TC 207/SC 1 y aprobado en el año 2010 con dos objetivos fundamentales: analizar los retos que los sistemas de gestión ambiental deberían acometer en el futuro, y considerar nuevos enfoques y metodologías en el ámbito de los sistemas de gestión ambiental, incluyendo las necesidades y expectativas de las partes interesadas surgidas desde la primera publicación de la norma en 1996.

Así, se identificaron cuestiones como la necesidad de integrar la gestión ambiental en la estrategia de negocio de la organización, aumentar el grado de compromiso ambiental potenciando el liderazgo al más alto nivel e implementar proactivamente las iniciativas para proteger el medio ambiente evitando su degradación. También se contemplaron otros retos, como la incorporación de una estrategia de comunicación, tanto interna como externa, enfocada a dar respuesta a las necesidades y expectativas de las partes interesadas y la necesidad de incluir la perspectiva de ciclo de vida, asegurando la consideración de los aspectos ambientales desde el diseño hasta el fin de vida de un producto o servicio.

Por otro lado, la adopción de la estructura de alto nivel en la elaboración de la versión del 2015 ha constituido el punto de inflexión a la hora de entender e implantar la nueva ISO 14001.

El origen de esta estructura se remonta a febrero del año 2006, cuando la dirección técnica de ISO constituyó un grupo de coordinación técnica con la misión de desarrollar las líneas directrices para la redacción de las futuras normas de sistemas de gestión y para la revisión de las ya existentes.

¿Qué es la estructura de alto nivel (HLS)? Mismo enfoque, misma terminología, mismo texto común para las normas de sistemas de gestión de ISO. Es decir, es la hoja de ruta que deberán utilizar todos los comités técnicos de ISO para elaborar y revisar normas de sistemas de gestión, independientemente de su ámbito de aplicación (calidad, medio ambiente, energía, seguridad y salud laboral, alimentación, etc.).

Este modelo asegura la compatibilidad del modelo PHVA (planificar-hacer-verificar-actuar) de la ISO 14001 con el modelo de gestión por procesos de la ISO 9001. De esta forma, la adopción de la HLS mejora el alineamiento de las normas de sistemas de gestión para facilitar su integración y ayudar a las organizaciones, de cualquier índole, tamaño, ubicación geográfica, su implantación y certificación, lo que, entre otras ventajas, aporta valor añadido y reduce costes.

El pensamiento basado en riesgo, el concepto de información documentada y la desaparición de la necesidad de documentar la acción preventiva son consecuencia de la adopción de la estructura de alto nivel. Esto es así dado que los sistemas de gestión basados en esta estructura son en sí mismos una acción preventiva, porque introducen la necesidad de tener en cuenta los riesgos asociados a las actividades de la organización, de forma que se minimicen sus posibles efectos adversos pero, a su vez, se potencien los efectos beneficiosos.

La elaboración y publicación de esta guía surge de la necesidad de ofrecer un enfoque sencillo y práctico para entender y aplicar los requisitos de la Norma ISO 14001:2015. Los esfuerzos, por tanto, se han centrado especialmente en aquellos que constituyen una novedad con respecto a la versión del 2004. Se han incorporado ejemplos, que provienen de la puesta en práctica de los sistemas de gestión por parte de las empresas, y de la visión que AENOR ha acumulado durante más de 20 años de experiencia en la certificación de sistemas de gestión ambiental. Conviene resaltar que los ejemplos incluidos en esta guía no son requisitos de implantación o de certificación, ni tienen por qué ser aplicables en su totalidad a todas las organizaciones. Es un documento complementario y aclaratorio que no sustituye ni corrige a la norma. La intención principal ha sido aportar ideas y tratar de ayudar a los usuarios a una mejor comprensión de los requisitos de la norma.

Por tanto, se desea que la lectura comprensiva de este libro sirva de apoyo para entender y hacer más eficiente la implantación de los requisitos de la norma y, además, motive e inspire a generar cambios positivos en la gestión ambiental de las organizaciones que conduzcan hacia un comportamiento ambiental más responsable y permita detectar oportunidades para hacer crecer los negocios. Hay que recordar que lo único que no se puede reciclar es el tiempo perdido.

1 En enero de 2017, la Asociación Española de Normalización y Certificación, creada en 1986, se desdobla en dos organizaciones; por un lado, la Asociación Española de Normalización, UNE, entidad legalmente responsable del desarrollo de la normalización en España, que también lleva a cabo actividades de cooperación. Por otro, AENOR, empresa de gestión del conocimiento que ayuda a corregir brechas de competitividad a través de la evaluación de la conformidad (certificación, verificación, validación, inspección y ensayos) la formación y los servicios de información.