La Literatura
hispanoamericana
en 100 preguntas

La Literatura
hispanoamericana
en 100 preguntas

Enrique Ortiz Aguirre

Colección: 100 preguntas esenciales

www.100Preguntas.com

www.nowtilus.com

Título: La Literatura hispanoamericana en 100 preguntas

Autor: © Enrique Ortiz Aguirre

Director de la colección: Luis E. Íñigo Fernández

Copyright de la presente edición: © 2017 Ediciones Nowtilus, S.L.

Doña Juana I de Castilla 44, 3º C, 28027 Madrid

www.nowtilus.com

Elaboración de textos: Santos Rodríguez

Diseño de cubierta: eXpresio estudio creativo

Imagen de portada: Composición a partir de retratos de Mario Vargas Llosa, Pablo Neruda, Juan Rulfo, Jorge Luis Borges, Elena Poniatowska, Roberto Bolaño, Gabriela Mistral, Alejandra Pizarnik y Julio Cortázar

Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública
o transformación de esta obra sólo puede ser realizada con la autorización
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ISBN Digital: 978-84-9967-870-2

Fecha de publicación: octubre 2017

Depósito legal: M-25057-2017

A Pilar, tabla de todos mis naufragios; a Kike, Ariadna, Nereida, Penélope, Luna y Dánae, zozobra e impulso permanentes durante la singladura.

A mis padres y hermanos, por comprender que faltara tantas veces.

A la literatura, ese aliento constante para salir a batallar a sabiendas de que se saldrá derrotado.

A la editorial Nowtilus, por esa capacidad de convertir en vida lo que surgió como sueño que arañaba fantasmas.

A mis alumnos, motivación natural para el diálogo, tan afectuoso como fructífero. Gracias por todo lo que aprendo de vosotros.

INTRODUCCIÓN

Siempre suele acontecer, y es bueno que ocurra así, que la presentación de un libro, el apartado que se encuentra en primer lugar el lector, se escriba —paradójicamente— al final de todo el proceso. Este extremo no hace sino contribuir a que la introducción haga las veces también, de algún modo, de conclusión. Este volumen que el lector tiene entre sus manos responde tanto a una necesidad de acomodar el conocimiento a los nuevos tiempos como a la inclinación de atender las enseñanzas que el propio conocimiento ha ido adquiriendo desde la Antigüedad. Es por ese motivo por el que esta obra se plantea de manera dialógica, formulando preguntas, inquiriendo e indagando en las posibles respuestas. Este planteamiento se acomoda mucho mejor a los retos que nos plantea la sociedad actual; se hace necesario fomentar ciertas competencias que antaño no se nos antojaban tan relevantes. Hoy en día, ante la sobreabundancia informativa, se demanda un afán crítico, una capacidad de dialogar con el conocimiento y de aplicar filtros. En este sentido, formular esta obra de manera dialógica supone dinamizar el conocimiento y enraizarlo en los más actuales hallazgos del aprendizaje dialógico, en contraposición al tradicional, de tipo intrapsicológico. Pero es que, además, esta enseñanza de que se construye conocimiento a partir de la interacción, del diálogo abierto y participativo, se remonta al pasado. En concreto, a la época de Sócrates, quien demostró que se alcanza la virtud y la sabiduría mediante el diálogo, precisamente. Tanto es así que no escribió ni una línea, ya que toda su sabiduría la vehiculó a través de la oralidad y de la interacción comunicativa (lo que nos ha llegado sobre su pensamiento es gracias a las notas que recoge Platón, discípulo modélico). Es, pues, este modelo antiquísimamente actual el que inspira el enfoque de esta obra, estableciendo un diálogo permanente con el lector y con las fuentes (tanto las primarias, es decir, las obras literarias, como las secundarias —nuestra deuda con los innumerables estudios críticos—, que intentaremos listar al final, en la bibliografía), para ofrecer una panoplia polifónica, una red de voces que no hacen sino enriquecer el contenido de este volumen.

Inevitablemente, toda selección resulta incompleta, de suerte que puede entenderse que faltan algunas cuestiones y que otras pudieran estar de sobra. Asumimos todas las imperfecciones en aras de plantear las que, a nuestro juicio, resultan esenciales para una mejor comprensión y disfrute de una literatura apasionante, riquísima, proteica, diversa y digna de constante reivindicación. Además, no podemos olvidar que un conocimiento riguroso de la literatura escrita en lengua castellana o española no puede prescindir en ningún caso de acercarse a la literatura hispanoamericana, cultivada en diecinueve países hispanohablantes. De esta manera, los conocedores de la lengua castellana o española tienen la magnífica ocasión de disfrutar de innumerables obras maestras en su lengua original, enriquecida por sus múltiples variedades. Asimismo, a lo largo del volumen se reproducen fragmentos de la propia literatura hispanoamericana que ejemplifican las exposiciones, facilitan el aprendizaje y fomentan la consideración de la literatura como fuente de placer y de enriquecimiento. Si la clave de la literatura hispanoamericana reside en que la unidad habite en la diversidad, parece que la clave de una lengua castellana fuerte y representativa responde a ese mismo criterio.

Es un auténtico placer para mí y un profundísimo orgullo ofrecer este volumen a los lectores, cuyo mérito no es otro que el de dar voz a un conjunto de escritores que consiguen, al menos durante unas páginas, que nuestra naturaleza precaria disfrute de un pedacito de inmortalidad. Autores como Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Julio Cortázar, Jorge Luis Borges, Pablo Neruda, Octavio Paz, César Vallejo, Adolfo Bioy Casares, Horacio Quiroga, Alejo Carpentier, Vicente Huidobro, Nicanor Parra, Elena Poniatowska, Isabel Allende, Alejandra Pizarnik, miembros ya de la literatura universal, entre otros muchos, no necesitan ninguna presentación ni elogio. Sus obras les bastan, sobradamente. Le deseo al lector al menos la mitad del disfrute que he obtenido escribiéndolo; será recompensa más que suficiente.

Por lo demás, se presenta un viaje trepidante a través de cien preguntas concernientes a la literatura hispanoamericana que se vertebran en diez bloques de contenidos:

En definitiva, emprendemos una aventura lectora sumamente sugestiva, que desdeña enfoques trasnochados y caducos de mostrar el conocimiento y, con las limitaciones que se le suponen, promueve un aprendizaje participativo, ameno y muy provechoso sin renunciar al rigor, pero sin abrumar al lector con disquisiciones paralizantes. La novedad del volumen, pues, consiste en la forma de presentar sus contenidos (que ineludiblemente conduce a ciertas reiteraciones) y en el objetivo constante de trasmitir el enorme placer de la literatura mediante el contagio, la única manera de fomentar tan maravillosa epidemia.

Tal y como decía el lucidísimo Borges, cuyo retrato ilustra la cubierta, «la literatura no es otra cosa que un sueño dirigido». Ya nos ocupamos, más o menos, de lo que somos (lo vestimos, le buscamos un trabajo, un amor, unas aficiones, un lugar donde vivir…), pero a menudo olvidamos que también somos nuestros sueños, nuestro deseos, nuestros anhelos. El arte, en todas sus manifestaciones y singularmente la literatura, rellenan ese olvido nuestro tan diario como imperdonable.

Soñemos…

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