Cubierta

MARTIN HEIDEGGER

PENSAMIENTOS POÉTICOS

Traducción de ALBERTO CIRIA

Herder

www.herdereditorial.com

La traducción de esta obra ha sido subvencionada por el Goethe-Institut

Traducción: Alberto Ciria

Diseño de cubierta: Michel Tofahrn

Título original: Gesamtausgabe, II. Abteilung: Vorlesungen, Band 56/57, Zur Bestimmung der Philosophie

Maquetación electrónica: José Toribio Barba

© 2007, Vittorio Klostermann GmbH, Frankfurt del Meno

© 2010, Herder Editorial, S. L., Barcelona

© 2012, de la presente edición, Herder Editorial, S. L., Barcelona

ISBN DIGITAL: 978-84-254-2991-0

La reproducción total o parcial de esta obra sin el consentimiento expreso de los titulares del Copyright está prohibida al amparo de la legislación vigente.

Herder

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PRIMERA PARTE
POEMAS TEMPRANOS – CARTAS – PENSAMIENTOS POÉTICOS (1910-1975)

1. POEMAS Y CARTAS TEMPRANOS E INÉDITOS. 1910-1918

Me aparté de la fuerza de la cercanía de Dios, esa fuerza que crea a los héroes

País lejano

¿Has perdido el sol…?

¿Conoces horas…?

A mi vidita…

Hola, vidita

¿Sabes, vidita mía, que todas las cosas…?

En algún lugar murmura una fuente

A mi vidita, en el 10 de diciembre de 1916. Tú…

En el «tú» a Dios. A mi querida vidita en su cumpleaños en 1918

2. PENSAMIENTOS POÉTICOS. 1945-1946

Palabra y mundo

Pensar

Pensar

Jornada del pensar

Juego del cielo

Viento del prado

De Sófocles, Áyax (131-133, 666-677)

3. PENSAMIENTOS POÉTICOS. 1972-1975

Algunos. En torno al 26 de septiembre de 1972

Algunos

Lenguaje (segunda versión)

Langue (traducción de François Fédier)

En Pascua de 1974

Sobre «La proposición del fundamento»

Comunicado

Hölderlin

El poeta

Los titanes

Llegada a casa

Actuar comprometiéndose

Un pensar acompaña al poetizar

No te me perdiste en medio de la confusión

La edición de las obras completas

Pensar como camino

Pensar – como camino

Pensar: camino estando en camino

Pensar

Camino

El pensar

Más inquiriente, el pensar se hace

Lo inaparente del pensar

Atrévete al silencio

Anotaciones

SEGUNDA PARTE
DESDE LA EXPERIENCIA DEL PENSAR

1. CAMINO A CASA

Cuando en torno a los comienzos de otoño

Poesía, sí, mas no canto

Jornada del pensar

Occidente

Juego del cielo

Viento del prado

¿Quién?

Lo mismo

Lo igual y lo mismo

Desasimiento

Camino y riesgo

La transformación no basta, ni el viraje

Lo antiguo

¿Estamos afinados con el mundo?

Considerad una cosa

Sólo ahora alcánzaselo a los cielos

Ser vencedor

Pero qué lejana está aún

Sólo con que estuviéramos

Imagen: sé la llegada

Hechos uno

Sólo ahora alcánzaselo a los cielos

2. EL ANILLO DE LA DIFERENCIA DEL SER

El anillo de la diferencia del ser

La mañana de la diferencia del ser

Sobre «Mañana de la diferencia del ser»

Sobre «Mañana de la diferencia del ser»

Sobre «Mañana de la diferencia del ser»

3. VIRAJE

Viraje

Desasimiento

Claridad sobre el camino

Siempre una y otra vez, simple y únicamente

Viraje

Diferencia del ser

Renuncia

Cosecha

Los pensamientos

La urna de custodia

Apropiamiento

El hombre en el acontecimiento de ser hecho apropiado

El pastor del desapropiamiento

El apaciguador

Pensar el dictado

La campana de la noche

Comienzo

Peligro del pensar

Conversación

Saber es…

Sólo cuando te has desprendido de todo

Cesa pues…

Presiente el rastro

Ahí donde destrozan fieramente toda lejanía

Acontecimiento de hacer apropiado

Llevar a resolución

Lejos, muy afuera, habita la diferencia del ser

Elección del juntamiento

«Fundar»

Lo indispensable

Occidente

Vivimos en la noche

4. ENTONCES ESTAMOS A CUBIERTO

Entonces estamos a cubierto gracias al pensar

También el dios, y él

Desasidamente declinado

Asciende la verticalidad cortante

Dirime la diferencia

Abrupto y antiguo es el destino

Llega a conocer el mundo

Algunos

Dicta poéticamente la diferencia

5. AMO: VOLO UT SIS

Amo: volo ut sis

6. SONATA SONANS

Sonata sonans

El precipicio rocoso

Crece el misterio

Volver a mirarse

7. LLEGADA

Llegada

Λόγος y caminos de bosque

Niso

Oculta reposa

Los mortales

Ὀ Κεραυνός

Olas

τῶν μεγάλον πάρεδρος ἐν ἀρχαῖς / «persistiendo desde el comienzo» (Sófocles)

Sobre un dibujo de Henri Matisse

Ἀρμονία ἀφανής

Altura que descendió

Sólo lo que crece

Conmueve pensando la diferencia del ser

8. SEÑAS

Únicamente en un liberado desasir

Al decir, sigue a las señas…

Callad en la palabra

Los mortales

El hombre

Correspondencia

Los sin destino

Añadido a las Señas...

Habitante en el poema del dictado

El habitar y la usanza de nosotros

El mundear

Hacer señas es el comienzo que hace propio

Nuestro límite es sólo la llegada

Dolor

Sólo siendo los desasidos

Señas en el acontecimiento de hacer apropiado

Más decisivo

Dejar libre

Una vez se acerca…

Señas

Señas… reposan en el juego de la diferencia del ser

Señas

Señas

Señas

«Poemas» / Señas

Señas

Agradecer es pensar

Comienzo y conmemorar y pensar

El más puro agradecimiento

¡Pero qué lejos de la cercanía…!

El dictado de las señas…

El dictado silenciado a la diferencia del ser

Lo que viene… pero en mucho tiempo

Señas. Hasta qué punto el pensar es más poetizante

Señas

La conversación

«Dejar ser diferencia» a la diferencia del ser

Tiempo de veda, tiempo de protección

Pensar es servir

«Señas»

Pensar las señas

Agradecimiento como pensar

Jamás aceches a la comprensibilidad

El comienzo que hace propio del pensar…

Sólo para la diferencia del ser

La diferencia del ser guarda reservado un rastro resguardado

¿Te templa lo abierto del silencio…?

Di…

La nobleza en el eco

El país impronunciado

El saludo

La alegría

Mundo

Los que deben agradecerse

Vecindad

Tránsito

Tanto esfuerzo le costó…

El huésped

La despedida

El poema de la libertad

El viento

Estrella junto a estrella

El hombre

«El trabajador»

Palabra y mundo

Intimidad de la merced

Habitar

La escucha

La vía de paso

Irradiación de ser

El camino

El comienzo de la libertad en la palabra

La traducción

La ladera a la merced

Sentencia y lenguaje

Sonido del silencio

La diferencia del ser hace suya

Fe

Nada y diferencia de ser

Temple

La conversación

El riesgo del ente en la diferencia

El acontecimiento de la libertad

Libertad…

Pensar la diferencia del ser

Pastoreo de la falta

La nota tónica

El escondimiento de la falta

«Acontecimiento»

El no y el hombre

El agradecimiento

El tiempo

Camino de casa

Comienzo que hace propio

Pensar y cantar

Pensar y diferencia del ser

Pensar

Pensar

La medida

Los que cantan, los que piensan

El rastro

Comienzo que hace propio

Examen

Admiración de los pensadores

¿Desde dónde haces salir…?

Apropiamiento

«Sólo aguardando nos hacemos propios de nosotros»

Mundo

El dolor

Pensar – cantar

Historia

La cercanía al dolor

Si nosotros…

Σ

Lo que no se puede pensar por anticipado

Regreso de la tierra

Lo contrario

Opinión pública

«Justicia»

Creyentes

El nacimiento del lenguaje

Sólo en la muerte somos, siendo en la diferencia

La brecha se nos arrebata / Acontecimiento de hacer apropiado y arrebatamiento

SOBRE LAS «SEÑAS»

Ἅπανθ᾽ ὁ μακρὸς

La diferencia del ser

El tiempo de la voluntad

Lo imperecedero

Las vías de paso

Los signos

Propiedad

Sólo aguardando

Λόγος

Píndaro, fragmento n.o 205

Algunos

9. PAPELETAS CON ANOTACIONES SOBRE «SEÑAS»

Cfr. Las pasarelas del comienzo

El saber

La magnanimidad

El pensar y la libertad

Vuelta a casa y regreso

En el giro se esconde

Más experimentados, nos miramos reflejados

Pero ¿qué son la fama y la gloria?

Traducir

Pensar

En memoria de Helmut

La consumación de la diferencia del ser

¿Brinda lo nuevo la renovación?

10. COMIENZO QUE HACE PROPIO E INICIO EN EL ACONTECIMIENTO DE HACER APROPIADO «DE LA» LIBERTAD DESASIDA

Comienzo que hace propio e inicio en el acontecimiento de hacer apropiado «de la» libertad desasida

11. DESDE EL TALLER

Desasidamente declinado

Propicio a la merced

¿Quién da lo liviano…?

Sólo el declive nos conserva la cercanía

¿Lo has inventado en tu cuarto?

Ἀλήθεια

El mortal

12. LA CABAÑA AL ANOCHECER

La cabaña al anochecer

Esparciéndose lejos, caminan por la azul neblina

Bruscamente se extingue un grito joven

La piedra gris mira al crepúsculo rojizo

Un grácil corzo llega al manantial

La pepita y la simiente

La Ἀλήθεια

Habitar en la cercanía…

La muerte es la abrupta intervención 2

Pensar es el inaparente buen ojo

Quien habla, no piensa

¿Quién piensa aún pensamientos poéticos?

El hombre es usado y necesitado por la diferencia del ser…

La muerte es la sombra recortada de la diferencia del ser…

A causa del apremio de lo ente, el olvido de la diferencia del ser…

Rara vez los hombres locuaces…

Lo difícil de guardar silencio…

A menudo, en la cercanía…

«Solitario» no significa…

¿Alguna vez vio alguien…?

Lo viejo es lo único…

Quien está anticuado…

Las espigas maduras…

13. PÍNDARO, ÍSTMICAS V, 1-16

14. Ἡράκλειτος ὁ σκοτεινός

15. SURCOS

Leemos

Πρώτιστον μὲν ῞Ερωτα Θεῶν

Lo que el destino pone así a resguardo

A los mortales… paciencia

El plazo libre

Sin poesía

Dictado que habla

Lo perdurable

La verticalidad cortante

Correspondencia

Muerte

Pensar

En relación

Mundo

Cosecha

El final de la historia

Corresponde…

¿Pensar?

La llamada

Pensar

El mal (esbozo)

El dictado

El hombre

Mundo

Los mortales

El acontecimiento de hacer apropiado

Acontecimiento de hacer apropiado

16. SI DE LAS MERCEDES RETIRADAS / TAN SÓLO ME RECAYERA…

Noviembre de 1924

El hombre

Persona

¿Quién tiene el oído alerta…?

TERCERA PARTE
PENSAMIENTOS POÉTICOS PARA EL LEGADO DE UN PENSAR

Corydalis

Construir habitar pensar

Copia

Arriesga el paso

Mantenencia

Contraviraje

Perseverar en el reservamiento

Abnegarse al dictado

Pregunta

Resplandecer

… atravesando veloz el extravío (primera versión)

Atravesando veloz el extravío (segunda versión)

Lenguaje

Pensar

Nombres

Época de la forma del posicionamiento

Período de tránsito

Algunos

Juntura de la diferencia del ser

Potestad

Muerte

Pero dónde estamos nosotros… (segunda versión)

Pero dónde estamos nosotros… (tercera versión)

En la región

Proyectos…

Región

Nada nadeante

¿Se abre aún la región…?

Encaminamiento

Caminos (tercera versión)

Pensar poetizante

En medio del extravío

Señas (tercera versión)

Localidad

Preludio (tercera versión)

Cézanne (tercera versión)

Tiempo (tercera versión)

Agradecimiento (tercera versión)

Este modo de pensar…

Lo uno

Desde lo mismo

Transformación del dictado enunciativo

La cercanía del último Dios

Resguardamiento

El paso atrás (I)

Poéticamente pensado – poetizado

Respuesta y pregunta

El paso atrás (II)

Legado de la pregunta del ser (primera versión)

Más erigiente… (primera versión)

Más erigiente… (segunda versión)

No una obra…

Legado de la pregunta por la diferencia del ser (segunda versión)

Lo que muestra

El paso atrás

Desasimiento

¿Por qué los textos «Pensamientos poéticos»?

PENSAMIENTOS POÉTICOS. VERSIÓN NUEVA Y AMPLIADA

Para ti, el 26 de septiembre de 1973

Para ti, en agradecimiento

Tiempo

Caminos

Señas

Localidad

Cézanne

Preludio

Agradecimiento

Habitar

Pertenecer

Algunos

Algunos

Algunos

Muerte…

Horas

¿Qué caminos…?

Pregunta

Indicación

Obstruido aún el llevar a resolución…

Piensa la dualidad

Velas son

Lo que no cuesta esfuerzo

CUARTA PARTE
TEXTOS SUELTOS

Sófocles, Antígona. El primer coro, 332-375

Noche

Acontecimiento de ser hecho apropiado

Dicta poéticamente la diferencia

Dirime la diferencia

Llega a conocer el mundo

Asciende la verticalidad cortante

Sigue todavía

Abrupto y antiguo es el destino

La muerte hizo apropiada

El mortal

Píndaro, Píticas VIII, 92 ss.

Localidad

Para Almuth, en el álbum de recuerdos

Prólogo al poema «Todtnauberg»

Cézanne (versión tardía de 1974)

Legado de la pregunta por el ser. Caminos y puestos

«Ser» en los albores

Legado de la pregunta por el ser. Lo leve

Caminos, liberando…

Caminos

Camino del pensar

Del 5 al 6 de mayo de 1975

Pensar y el nadear

Apéndice

EPÍLOGO DE LA EDITORA

NOTAS DEL TRADUCTOR

PRIMERA PARTE

POEMAS TEMPRANOS – CARTAS – PENSAMIENTOS POÉTICOS[1] (1910-1975)

1.
POEMAS Y CARTAS TEMPRANOS E INÉDITOS
1910-1918

 

Me aparté de la fuerza de la cercanía de Dios, esa fuerza que crea a los héroes,

y, a la caza de fuegos fatuos, anduve a tientas por la necesidad y la noche,

olvidé la iluminación de las estrellas;

apoyé la frente caliente

en el blanco tronco, empapado de rocío,

del abedul:

el árbol se estremece,

temeroso de mí…

el cielo truena.

Huyo confuso:

«Abedul junto al estanque abajo:

que el murmullo de tus hojas

jamás trepe ya por las horas de sueño

de mi alma ajena a Dios,

oscilante nenúfar que,

frente a las rachas vertiginosas del tormentoso torbellino,

apenas ya se defiende».

6-XI-1910

PAÍS LEJANO

Amo esa hora vespertina,

cuando, a través de la ventana, la argéntea luz de la luna

invoca en mi habitación

a enanos, sílfides, sirenas y espectros.

Sueño largo tiempo

con la peonza, el aro y el juego de las prendas,

con la escuela infantil, con la primera pluma de escribir.

Me remonto muy atrás

por el camino abandonado demasiado pronto,

y busco, busco la dicha infantil

y el placer del muchacho.

Un cortante golpe de viento me arranca del país de la juventud,

la visión fantasmagórica se evade.

Aún veo cómo ahí, en la pared,

la pálida luz de la luna se desliza por la calavera.

19-XI-1910 M.

¿Has perdido el sol,

tú, tiempo turbio y cansado en que se hace invierno?

Con gestos surcados de dolor

y convulsiones de llanto

yerras por el país.

Enterrador con la azada,

te vas arrastrando por el silencio de los bosques,

llamas a las nieblas pesadas, plomizas y grises

para que suban de los valles

y, cual frío velo fúnebre, recubran gélidamente

luz y vida.

¡Tiempo en que se hace invierno! Una sola flor hay

que con tu hálito sepulcral no tocas:

soñando y aguardando crepita en las estrellas

una nostalgia de las rosas, las lejanas…

5-XII-10

M. H.

¿Sabes de esas horas

que transcurren despacio?

¿De esas mareas nocturnas que están detenidas?

¿Cuando la fluctuante vida de tu alma

refluye hacia atrás

y tu impulso de fruto salvaje

se desangra extenuado?

¿Horas en las que se aproxima la permanencia,

como en la última página de un libro profundo,

donde la pluralidad de la existencia, arrebatada a toda medida,

como una techumbre que se derrumba con estruendo,

se ha vuelto una dualidad solitaria y segura

entre Dios y tú?

¿Horas innombrables

que alejan de la severa pujanza del hombre?

¿Y su mirada infantil al cielo,

cuya ternura te hace estremecer

como la mano de la amada sobre tu frente?

¿Horas como la súplica de la monja,

como la muda andadura a casa del pastor?

¿Sabes de esas horas

que están detenidas?

4-V-13al querido Ernst.

A MI VIDITA…

Y del silencio ascienden pensamientos,

como del pueblo oculto entre montañas

el tañido de las horas…

 

y el alma, redimida de la tierra, busca un país propio,

donde no haya fronteras, ni retorno de los tiempos:

el país sin jornadas…

y como tras un repiqueteo de violines tocados hasta la extenuación,

así expira el deseo, y todo placer se hace pesado

en la marejada…

y se hunde. Pero el alma quiere inclinarse

hacia el alma, como desde la eternidad

el día del amor.

Friburgo de Brisgovia, 10-XII-15Martin.

Friburgo, 4-II-16

Hola, vidita. Finalmente he llegado esta vez antes que tú a la cabaña para estrecharte la mano. ¿Sabes? Me he dado mucha prisa de pura alegría, porque en el cuarto de estudio me sentía tan oprimido como el mismísimo Doctor Fausto: no sé qué hacer con el encantamiento que llevo en mi alma desde la última velada, que nos embriagó de gozo.

Volvieron a ser horas del todo nuestras: Kant, una cena agradable, conversación y experiencias últimas. El mundo entero y todas las posibilidades de la vida en sus grandes corrientes fundamentales confluyeron en nuestras almas, enardecidas la una en la otra.

Y jamás fue tan hermoso… jamás estuviste tú tan hermosa, vidita mía. No: dudaba por momentos de si realmente seguíamos en esta tierra. Tus maravillosos ojos, vidita mía, tus ojos –algo tan abisal, tan hondamente femenino–, toda … no, eso es algo que me excede. Pero has de saber, amadísima mía, que fue para mí una vivencia tan maravillosa que apenas puedo pensar en ella sin enloquecer de alegría.

Y que esta vez te pudiera ver aún de una forma tan distinta, eso para mí es más que una nimia formalidad: es algo tan prodigiosamente bello que jamás me separaré de esta imagen. Y todo el gozo, toda la belleza que aún nos aguardan…, todo eso tendrá una bendición y nada será para nosotros nimia formalidad. ¿Entiendes ahora por qué te dije tan torpemente que el azul te sienta encantadoramente bien?

Vidita, no sé si tu chico puede soportar tanta dicha y alegría: tienes que ayudarlo.

Y ahora, algo de nuestro correo. Pero todo esto es secreto. Tenemos un jefe nuevo, el comandante ha sido depuesto y en su lugar hay ahora un capitán de campaña. De oficio civil abogado, entiende el mundo castrense de otra manera, ya que, al fin y al cabo, en el fondo no tiene nada de militar. Trasladan nuestro Instituto a la Gartenstraße, 17. Van a hacer una nueva distribución. Mi colega Friedländer, un tal doctor Nachtsheim del Instituto Zoológico y yo constituimos el Departamento de Imprenta. Nos darán un despacho propio y podremos impartir nuestras lecciones. Por orden de la Comandancia General se cambiarán las horas de servicio: se prevé que todos trabajemos a diario de 8 a 12 y de 3 a 7. Es decir, se habría terminado eso de dar clases, pero el capitán es muy sensato y siente predilección por mí: al parecer le merecen respeto los filósofos. Por lo demás, las vacaciones nocturnas se harán de forma distinta, es decir, tendremos vacaciones continuas y de cuando en cuando nos darán 4 ó 5 días libres para descansar. El trabajo está cambiando, de modo que, sobre todo en el nuevo departamento, sin sentirme tan agobiado, aún pasa por mis manos todo tipo de tareas. Aunque no consiga el puesto docente hasta el verano, mis cursos están asegurados, y además de forma que cada semana daré dos horas de clase, y ya no tendré esta manera tan irregular de trabajar de ahora.

En cualquier caso, el reemplazo llega la semana que viene.

Regresa, pues, muy descansada y con mucho sol. Tu chico aguarda impaciente a que llegue el martes. De todos modos, aún continuará el servicio antiguo –si no, ya te lo comunicaré–, y en tal caso, yo llegaría finalmente por la tarde.

Eso de estar bien dormido se acabó. Pero a cambio, el servicio se termina por la tarde temprano, y yo aún puedo trabajar, aunque me voy pronto a la cama. De esta forma me veo obligado a ajustarme a la forma de vida posterior. Ya sabes, mi niña. Desde que ya no fumo ni bebo nada que lleve alcohol, me siento singularmente muy bien.

Mucho amor te manda tu chico.

¿Sabes, vidita mía, que todas las cosas están completamente llenas de sol desde que miré larga y profundamente en tus maravillosos y amorosos ojos y sentí los latidos de tu corazón empapados de dicha?

¡Ay, son tan frías las palabras, tan angulosas, tan llenas de finitud y limitación! Sólo quiero mirarte para siempre a los ojos, a esos ojos hondos como un lago de montaña, y besar con labios temblorosos tu frente pura.

Tus eléboros sueñan junto a mí. ¡Qué símbolo tan profundo, alzándose en medio de mis trabajos y mis libros!

Mándame mañana un saludo amoroso y dulce, y una imagen tuya. ¡Falta tanto para el domingo!

Buenas noches, vidita, que Dios te guarde.

Te manda un íntimo saludo

tu chico.

En algún lugar murmura una fuente

sumida en la noche.

En algún lugar a una muchacha

absorta en ensoñaciones

se le fue la hora

desapercibida.

En algún lugar anda un buscar

igual que el crepúsculo por abedules y hayas.

En algún lugar reposa un hallar:

superación del mundo

del alma ebria de Dios.

27-V-16

M.

A mi vidita,
en el 10 de diciembre de 1916.

TÚ…

Fluye por tu cuarto un gris perlado

portando un crepúsculo de horas cumplidas.

Las finas puertas se abren como si tú fueras mujer.

En todas las cosas suena tu paso.

 

De la oscura zona cenagosa llega una gran pregunta.

Y desde lo profundo, su eco hace temblar el alma.

La amplitud sin colinas a lo largo del páramo cenagoso

se ilumina como un mediodía al cerrarse los párpados de tus ojos.

 

M.

EN EL «TÚ» A DIOS.

A mi querida vidita en su cumpleaños en 1918.

Comenzó una vida en opiniones. Tal vida no podía hallar ninguna raigambre interna en el crecimiento y el aprendizaje campesinos, arraigados en la naturaleza.

Y junto a su existencia perseveró un estado completamente desconectado de aquélla, esforzándose ambos por el derecho a la plena reivindicación del sí mismo aún no desarrollado.

Pese a la multiplicidad del saber que se aglomeraba, perseveré apoyándome en los principios de la tradición y en las visiones adicionales que hallé.

Este mundo de apariencias exhibía un brillo reflejo de vida prestado de las fuerzas eficientes recordadas y pretendidas, aunque ya sólo accesibles de forma figurativa, de una época religiosa ya hundida. La vida y la voluntad de vivenciar se asfixiaban una y otra vez bajo un acumulamiento de teoremas mal fundados y mutuamente enfrentados en apologías y cálculos.

La conciencia moderna del problema llevó por vez primera las discordias al alma. Prendió, y una auténtica lucha se desató y se hizo viviente.

Las perspectivas para nuevas valoraciones se abrieron en el ámbito cultural escogido de la «ciencia». La idea del «saber teórico» se hizo dominante en la conciencia.

Pero lo conquistado sucumbió de nuevo al riesgo de segregarse de la conciencia viva, de esclerotizarse en tesis y principios, de hacerse objeto y método de una dialéctica transmitida e incrustada. La esclerotización abarcó la amplitud entera de la conciencia, haciéndole imposible la pujanza para extenderse hacia las honduras, de modo que toda tendencia germinante a un verdadero despertar de lo interior, murió una y otra vez.

El comportamiento espiritual que venía dado con la educación y que en el proceso de desarrollo se hizo aún más absoluto, ajustando todas las preguntas por la verdad a una idea dogmática de finalidad, sin que este sistema de finalidades y principios, en virtud de su propio género, permitiera jamás un acceso anímico, ese comportamiento impidió tomar posesión de la verdad real como un bien vivo de la conciencia. Todo enraizamiento de la veracidad interior, en cuanto comportamiento anímico fundamental de una espiritualidad auténtica y libre, sufrió una inhibición radical.

Tampoco la ciencia, en cuanto ámbito de la vivencia y la creación, fue capaz de ayudar a un despertar interior. La abundancia contradictoria con la que saturaba y distraía hacia las direcciones más dispares, desviaba la atención del abismo que se había abierto entre su mundo y un sí mismo que la aprehendiera verdaderamente.

La mayoría de las veces, el sí mismo se agotaba en la conciencia de disponer sobre el dominio teórico del ámbito del saber.

Toda conciencia y toda elaboración del problema nacidas auténticas y conservadas parcialmente puras desembocaban finalmente en este mismo estado típico.

Este estado significaría un comportamiento de la conciencia en el cual los actos realizados, por sí mismos y en su encadenamiento, emprenden un curso que ni en su origen ni en ningún punto futuro se nutre y guía por la vida original de un sí mismo auténtico.

El hombre que se encuentra en este estado, por muy enérgicamente que se autopersuada de poseer un verdadero sí mismo, tiene su verdadero yo sepultado. El sentido, en cierta medida unitario, de todo hallarse en este estado no resulta de una asignación de sentido de la conciencia personal desde su fundamento auténtico, sino que es una mala unitariedad, cuyo clausuramiento se debe a que aquélla se halla continuamente escindida del fundamento vital. Todo hallarse en este estado conlleva el fingimiento del ser verdadero, y sólo cuando ya es tarde es puesto a duras penas al descubierto como una capa de la conciencia superpuesta e inhibidora de la vida.

Este estado fue quebrantado por la originalidad, pero no en el sentido de que jamás hubiera sido posible que la originalidad irrumpiera desde dentro del estado imperante. Sino que el estado fue eludido, por decirlo así, como si no existiera, y el yo fue hallado y alcanzado de forma elemental por un nuevo camino originario.

El «tú» de tu alma amorosa me encontró.

La vivencia de haber sido encontrado, de que alguien había dado conmigo, fue el comienzo del despertar de mi mí mismo más propio.

El pertenecerte a «ti» sin mediaciones ni puentes me dio a mí mismo en posesión.

Al principio, el ser nuevo y viviente y el viejo estado buscaron un equilibrio: la capa del estado, por la carga de su propia pesantez, no podía apartarse de golpe. Las influencias ocultas de su tipismo siguieron proliferando, y sólo lentamente comenzaron a caer los fragmentos suyos que se iban rompiendo.

Y entonces la vivencia fundamental del «tú» pasó a ser la totalidad irrigante de la existencia, y la esfera de la vivencia se hizo entera, plenamente real, común y recíproca en cada una de sus fases y direcciones.

La experiencia fundamental del amor viviente y de la verdadera confianza hizo que mi ser se desarrollara y acrecentara. Actuó de una forma creadora, en el sentido de que los modos de comportamiento del trabajo interior, que inicialmente sólo tendían y exigían retornar a la originalidad anímica, hallaron el centro e irrumpieron desde el origen.

Los ámbitos de «vivencia» del antiguo estado experimentaron un giro radical. La experiencia fundamental aprehendió, con un efecto profundo continuamente creciente, el núcleo central de la conciencia: lo religioso, y abrió los caminos para su nacimiento verdadero y su reconfiguración.

Y al mismo tiempo, la experiencia fundamental, con su despertar del ser más propio, se condensó haciéndose el centro de la problemática filosófica como «conciencia histórica»: el hecho primordial de la conciencia viviente, el estar uno por el otro y para el otro del yo plenamente viviente y del tú plenamente viviente en el curso manante y como curso de un ser lleno de sentido.

Las oleadas de la vivencia, manando del yo viviente encontrado, me llevan ahora en su vitalidad a la realidad primordial de Dios, y su configuración y crecimiento en vida se hallan en la desinhibición de la más íntima fuerza histórica de mi ser. Este ser viviente, el concepto primordial de todos los absolutos que los filósofos quieren conocer, es, conforme a su ser más íntimo, fe que confía, cuyas fuerzas eficientes se me hicieron vivientes en la silenciosa proximidad de tu alma amorosa.

 

En junio de 1918.M.

2.
PENSAMIENTOS POÉTICOS
1945-1946

 

PALABRA Y MUNDO

Sólo cuando lo demasiado silencioso te llama