Biblia ilustrada amigos de Dios: Por qué Dios ama a gente como yo. Jeff White. David Harrington. Patmos.

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Biblia ilustrada amigos de Dios: Por qué Dios ama a gente como yo

Copyright © 2020 Publicado por Editorial Patmos, Miami, FL 33166.

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida ni distribuida de manera alguna sin el consentimiento previo de la casa editorial, excepto donde se indique en el texto y en el caso de citas breves insertadas en artículos y reseñas importantes.

Todo el texto bíblico ha sido tomado de la Santa Biblia , Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Usado con permiso de Tyndale House Publishers, Inc., 351 Executive Dr., Carol Stream, IL 60188, Estados Unidos de América. Todos los derechos reservados.

Autor: Jeff White

Editor: Jan Kershner

Ilustraciones: David Harrington

Jefe de dirección creativa: Joani Schultz

Director creativo: Michael Paustian

Diseñador principal: Stephen Caine

Editora asistente: Becky Helzer

Traducción y edición en español: Grupo Scribere

Adaptación de diseño en español: Adrián Romano

Convertido a EPUB por: Cumbuca Studio

Créditos

ISBN: 978-1-64691-155-4

G racias a todos los maestros de Escuela Dominical que hicieron que las historias bíblicas cobraran vida ante cuando era niño. Todavía las recuerdo.

Gracias al mejor equipo del mundo: David Harrington, Jan Kershner, Michael Paustian, Stephen Caine y Joani Schultz. Gracias a ustedes este libro es tan maravilloso.

Y, sobre todo, gracias a las personas que más amo: mi esposa, Amy y mis hijos: Luke, Daisy y Cooper. Ustedes ponen palabras en mi boca y al mismo tiempo me dejan sin palabras.

J. W.

Q uiero agradecer a mi Señor y Salvador Jesús por Su amor y Su gracia, y por permitirme trabajar en este libro; ha sido una tarea de amor. Para mi esposa bella, Sidney, y nuestros maravillosos hijos, Chase, Nick y Emma; no tengo palabras para expresar mi amor por ustedes.

D. H.

Dedicatoria

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N unca has visto una Biblia como esta. Tiene las narraciones clásicas que todos hemos llegado a conocer y amar a través de los años: el arca de Noé, Josué y la batalla de Jericó, Ester que salva a su pueblo, y muchas más.

Pero este libro es diferente.

Cada historia se narra desde la perspectiva de un personaje bíblico. Eva nos cuenta cómo fue ser tentada en el huerto de Edén. Moisés habla sobre su tensa huida de Egipto y la división del Mar Rojo. Sentimos de cerca la confianza de David al recordar su enfrentamiento a uno de los mayores bravucones de todos los tiempos.

Sin embargo, estas charlas en primera persona no son lo único que hace que este libro sea especial. Cada historia revela la relación personal de Dios con los individuos . Llegamos directamente al corazón de cada personaje y vemos de primera mano cómo cada una de sus vidas cambió a través de su amistad con Dios.

Y al final de cada capítulo, tendrás un encuentro cara a cara con el narrador, quien revelará cómo Dios estaba en el centro de la historia, y cómo esta historia se relaciona hoy con tu vida.

Lo mejor de todo es que la Biblia ilustrada amigos de Dios te ayudará a profundizar en lo que realmente es la fe: una relación personal con Aquel que más te ama .

Así que, reúne a tu familia y prepárate para encontrarte con Dios y Sus amigos queridos como nunca antes.

Introducción

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6… Introducción

11… ¡Guau! ¡Simplemente guau! El día que Dios me hizo, por Adán

17… La serpiente, el árbol y yo, por Eva 

23… Gracias a Dios por los nuevos comienzos, por Noé

29… Estrellas en mis ojos, por Abram 

35… Cuestión de risa, por Sara

41… Un final sorpresivo, por Jacob

47… Altibajos, altibajos y más altibajos, por José 

57… Río arriba sin hacer ruido, por Miriam

63… El gran escape, por una familia israelita

73… Más vale prevenir que curar, por Moisés

79… Seguir a la multitud, por Aarón

85… ¡Yo no tengo miedo!, por Caleb

91… ¡Así se habla!, por Balaam

97… Poco probable, pero muy amada, por Rahab

103… Tenemos sangre valiente, por Josué

109… El poder de una jovencita, por Débora

115… ¿Quién, yo?, por Gedeón

121… Juntas, por Rut y Noemí

127… Una oración y una promesa, por Ana

131… A través de los ojos de Dios, por Samuel

CONTENIDO

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137… Dios está de mi lado, por David

143… Deja la locura, por Abigail 

149… Pide un deseo, por Salomón

155… Más real, imposible, por Elías

161… Déjalo fluir, déjalo fluir, déjalo fluir, por Eliseo

165… Perdido y hallado, por Josías

171… En casa, al fin, por Esdras

177… Cara a cara con la muralla, por Nehemías

183… Para un momento como este, por Ester

189… Peor, imposible, por Job

195… Como un pastor, por David

199… eres el indicado, por Jeremías 

205… Al rojo vivo, por Sadrac, Mesac y Abed-nego

211… Óyeme rugir, por Daniel

217… Con el agua más allá del cuello, por Jonás

223… Justo en nuestro sitio, por los pastores

229… Volar bajo la luz de la luna, por María

235… Aquí viene Él…, por Juan el Bautista

241… Pregúntame cualquier cosa, por Nicodemo

247… Hagan lo que yo hago, por Mateo

253… No puedes comprar por siempre, por el hombre rico

259… Una banda de serpientes, por los fariseos

265… Lo mejor para el mejor, por María

271… Porque te amo, por Jesús

281… El beneficio de la duda, por Tomás

287… Ese es el Espíritu, por los cristianos primitivos

293… Practicar lo que predico, por Pedro

299… Los ojos en el cielo, por Esteban

305… Detente, mira y escucha, por Felipe

311… El malo convertido en bueno, por Saulo

317… Estremecidos, pero no abandonados, por Silas

327… Mi lista de tareas para Dios, por Timoteo

333… Ustedes tienen talento, por Aquila y Priscila

339… El fin que es también el comienzo, por Juan

345… Tu historia, por ti

por Adán

Génesis 1–2:24

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G uau .

Quiero decir: ¡GUAU!

No puedo creer lo que me pasó hoy.

Fui creado . ¡Y fue INCREÍBLE!

Dios había estado muy ocupado en los últimos días. Primero no había nada. Entonces Dios hizo algo nuevo cada día. La luz, los océanos, el cielo, el sol y la luna, las plantas, los árboles, las flores, los peces, las aves, y todo lo demás. Todo fue hecho con un propósito y fue bueno.

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Ayer Dios hizo estas cosas llamadas animales. ¡Son criaturas maravillosas! Animales grandes y pequeños. Unos peludos y otros toscos. Los moteados y los de rayas. Algunos tienen cuellos largos, otros dientes afilados. Cada uno es único. ¡Dios es sumamente creativo!

Y l uego Dios hizo algo súper especial. Me hizo a MÍ. ¡Dios tomó polvo de la tierra, el polvo más fresco que jamás hayas visto, ¡y me convirtió en el primer ser humano, recién creado, y feliz de conocerte!

El mundo de Dios es asombroso. Me encanta respirar el aire fresco y comer las frutas deliciosas en el huerto. Pero lo que más me gusta es lo que Dios hizo justo para mí.

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Primero, Dios hizo que me quedara dormido. Entonces Dios tomó una de mis costillas y la convirtió en la criatura más deslumbrante que jamás haya visto: ¡una mujer!

¡Ella es hermosa! Y ahora es mi esposa. Nosotros protegemos los animales y cuidamos el huerto en el que juntos vivimos; el huerto de Edén. Dios nos ha dado todo lo que necesitamos.

Dios realmente debe amarnos.

¡Guau!

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Estoy tan agradecido de que Dios me haya creado. Aunque Él hizo todas las cosas, Dios quiso formarme a MÍ.

¡Y Dios quiso formarte a TI también! Él deseaba que fueras parte de nuestro mundo tan especial. Dios te hizo exactamente como eres, y Él nunca comete errores.

Y sabes qué es lo mejor? Dios nos hizo porque nos ama mucho; y nunca dejará de amarnos. No es asombroso?

Menciona una cosa en la creación de Dios que te hace maravillarte.

Adán

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por eva

Génesis 3

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M i nombre es Eva. Mi esposo Adán y yo vivíamos en este hermoso huerto llamado Edén. Está lleno de árboles verdes frondosos, hierba suave y muchas cosas sabrosas para comer

¡Es perfecto! El Edén tenía todo lo que yo podría necesitar.

—¿Todo? —dijo una voz detrás de mí.

Me viré y vi una serpiente enrollada en una rama. Era una criatura hermosa con ojos penetrantes. Parecía muy inteligente.

—Disculpa mi interrupción —añadió la serpiente—, pero no tienes todo lo que puedas desear.

Respondí:

—Tengo un lugar suave donde dormir, un hombre que me ama y nunca paso hambre. Dios me ha dado todo lo que necesito.

—¿Y qué hay del gran árbol frutal en el medio del huerto? —preguntó la serpiente.

Se me hizo un nudo en el estómago al pensar en aquel árbol.

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—Dios dijo que si comemos ese fruto, moriremos —expresé.

La serpiente rio. Luego se acercó deslizándose y susurró:

—Eso es una tontería. Dios sabe que no morirán. También sabe que es el mejor fruto del huerto.

¿El mejor fruto? —me quedé pensativa—. ¿Es eso cierto?

—Oh, sí. Dios no te contó el secreto especial sobre ese árbol. ¡Si comes de su fruto, verás cosas increíbles! ¡Podrás distinguir el bien del mal; como Dios mismo! ¿No sería maravilloso ser como Dios? —preguntó la serpiente.

¡Vaya! , pensé. Dios es súper poderoso. Y es muy sabio . Yo quería ser sabia y poderosa como Dios. Y ese fruto que se veía delicioso. Solo de pensar en él se me hacía agua la boca.

—¿Qué tal una mordidita? —silbó la serpiente—. Solo pruébalo. La decisión es tuya.

N o podía quitar los ojos de ese árbol. Si no probaba ese fruto, no podría pensar en otra cosa por el resto de mi vida.

Así que tomé el fruto y le di una mordida.

Mmmmm ¡Estaba MUY BUENO!

Llamé a mi esposo:

—¡Adán! ¡Tienes que probar esto!

—¿Qué es?

—Es el fruto del árbol que está en medio del huerto. ¡Es lo mejor que he probado en mi vida! —le comenté.

—¿Pero no es ese el árbol del que no podemos comer? —preguntó Adán, mirando con nerviosismo a su alrededor.

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—Le di una mordida ¡y no morí! —le expresé.

Entonces Adán cerró los ojos y le dio una mordida también. Yo estaba ansiosa por ver su reacción.

Pero cuando él abrió los ojos, se veía asustado. Se cubrió la cara e intentó esconderse. En un momento, ambos supimos que habíamos tomado la decisión equivocada. Nos sentimos muy avergonzados.

Después de eso, Dios nos sacó de Su hermoso huerto. Aunque Él todavía se preocupaba por nosotros, nuestra vida se hizo muy, muy difícil. Cuánto desearía haber tomado la decisión correcta y haber obedecido a Dios.

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Estoy muy avergonzada. Tenía todo a mi favor y lo eché a perder. No puedo culpar a la serpiente. En verdad no puedo. Dios me había enseñado lo que estaba bien y lo que estaba mal, pero pensé que yo sabía más que Él.

A veces nuestras decisiones son divertidas y fáciles; pero otras veces tomar la decisión correcta no es fácil. Eso lo aprendí a las malas.

Felizmente, de todas formas, Dios aún me ama. A pesar de nuestras decisiones equivocadas, el amor de Dios por nosotros nunca se acaba.

Y tú? Cuándo has tomado una mala decisión? Qué pasó? Cómo hubieran sido diferentes las cosas si hubieras tomado la decisión correcta?

Eva

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por noé

Génesis 6:9–9:17

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M e gusta el agua de la lluvia tanto como el viento que la acompaña. Sabe bien. Es refrescante. Mantiene mis plantas reverdecidas y mi cuerpo con vida.

Pero amigo, ay, amigo, hubo un tiempo en el que hubo DEMASIADA agua en mi vida.

Verás, Dios me dijo que se sentía descontento. MUY descontento. La gente del mundo se había vuelto bastante… mala. En realidad, eran terribles. Eran violentos y malvados. Y Dios había llegado a Su límite.

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Entonces Él me dijo que construyera una barca.

—¿Una barca? —pregunté—. Ni siquiera vivo cerca del agua.

—Me encargaré de eso —expresó Dios—. Voy a destruir a todos los seres vivos de la tierra. Pero como eres un buen hombre, voy a salvarte a ti y a tu familia.

Dios no tuvo que decírmelo dos veces. Al momento me puse a trabajar en esa barca. Mis tres hijos, Sem, Cam y Jafet, también ayudaron.

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E ra una barca ENORME, lo suficientemente grande como para ser el zoológico más grande en la historia del mundo. Dios quería que trajera dos animales y dos aves de cada tipo, así como suficiente comida para alimentarlos a ellos y a mi familia. (Dejamos a los peces; a ellos no les preocupaba el exceso de agua).

Luego llovió. FUERTE. Y durante cuarenta días y cuarenta noches la lluvia no se detuvo. Cuando la tormenta acabó, todo el planeta estaba inundado.

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Con el tiempo, el agua comenzó a bajar, y finalmente la barca descansó sobre una montaña. Habíamos estado flotando por más de un año. ¡Qué bien nos sentimos al salir de la barca y estirar las piernas en tierra firme nuevamente!

Pero nos sentimos aún mejor al saber que Dios le había dado al mundo una segunda oportunidad. Aunque Él quería comenzar de nuevo, todavía nos amaba. Ahora mi familia puede reconstruir nuestro mundo y honrar a Dios en todo lo que hacemos. Dios nos dio una nueva oportunidad a todos.

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Entonces, ese soy yo: Noé. Un hombre de familia. Constructor de barcas. Guardián del parque zoológico. Y lo más importante, amigo de Dios.

podrías pensar que estoy harto de tanta agua en mi vida. Pero Dios creó el agua para hacer muchas cosas buenas también. El agua da vida a todos los seres vivos.

Dios también es así. Él puede limpiar todo lo malo de nuestra vida. Y, asimismo, Dios llena nuestra vida con muchas cosas buenas.

Incluso Él prometió no volver a inundar la tierra. El arcoíris es una señal de esa promesa, y nos recuerda que Dios nos ama y nos da un nuevo comienzo.

Te han dado alguna vez una segunda oportunidad? Cómo te sentiste al dejar atrás tus errores y comenzar de nuevo?

Noé

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por abram

Génesis 15

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H AY promesas, y también hay PROMESAS.

Dios me hizo una promesa que era tan difícil de creer que TUVE que creerla.

Todo comenzó cuando empecé a sentir lástima por mismo. A pesar de que Dios me había bendecido con riquezas y muchos años de vida, a pesar de que había ganado batallas y tenía muchos amigos, y aunque Dios me había protegido más veces de las que podía contar, aun así, yo estaba triste.

Estaba triste porque Dios no me había dado ningún hijo con mi esposa amada, Sarai. ¿Cómo podría Dios bendecirme con tantas cosas, pero no darme una familia para compartir con ella?

¿Sabes lo que hizo Dios? Él me hizo una promesa.

Primero salimos al campo y Dios me mostró las estrellas en el inmenso cielo de la noche.

—¿Cuántas estrellas ves? —me preguntó Dios.

—¡Hay demasiadas para poder contarlas! —respondí.

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A s í serán los descendientes que tendrás —dijo Dios—. Es una promesa.

Guau . Pensé. ¿Tantas generaciones saldrán de mí? Esa es una familia bastante grande… ¡una familia ENORME! Sabía que Dios me amaba, así que le creí.

Pero Dios no terminó ahí.

—Tu familia necesitará un lugar para vivir, así que te daré toda la tierra que ven tus ojos —añadió Dios.

De nuevo, GUAU .

Una cosa es segura. Nunca volveré a mirar las estrellas de la misma manera.

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Creo que hay algo realmente interesante sobre las promesas de Dios. Estas a menudo llegan cuando menos lo esperamos. Justo cuando todo parece perdido, Dios aparece con una promesa para cuidarnos.

Eso es lo que hacen los amigos. Yo debería saberlo, porque la gente me llama «amigo de Dios».

Dios también es tu amigo. Cuando prestas atención a Sus palabras, puedes escuchar muchas de Sus promesas para ti. Y la más grande de todas es que Dios siempre te amará.

Le has hecho alguna vez una promesa a alguien? Qué prometiste? Fue fácil o

Abram

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